sábado, 2 de mayo de 2009

Hasta que llegó su hora


Así andaba Marcelino de pensativo esta semana. No sabía bien qué hacer. Si ir a por el partido o esperar al rival. Por lo visto al principio del partido debió optar ir a por el partido, pero sin claridad en bandas y sin contención en el centro, en cuanto el Tenerife se asentó el dominio cambió de manos y, pese a tener más tiempo el balón, el peligro era más evidente cuando se acercaba el Tenerife.
Justificar a ambos lados
No supimos aprovechar la presencia de Luis García, que estaba hecho un auténtico flan. Apenas se disparó a portería. El gol, un despeje a disparo de Arizmendi, el gol anulado a Ewerthon y el lanzamiento postrero de Zapater, que aún no sé si era obligado hacerlo indirecto (no recuerdo ver el brazo del árbitro levantado). ¡Ah, sí y el disparo de Caffa! (5 disparos a portería en 93 minutos).

Las bandas en lugar de constituir una solución, un desahogo, son el problema que frena el ataque y desguarnece la defensa, rompiendo el eje del centro del campo al tener que acudir en ayuda de volantes que ni atacan (creando problemas al mediocampo y defensa contrarios) ni defienden (ayudando a los mediocentros en su posición de banda o taponando la subida de los volantes o los laterales, con lo que nuestros laterales siempre están en inferioridad, no son tan malos, es que siempre están en inferioridad).

Tras 35 jornadas de competición cuando los errores persisten a pesar de cambiar los elementos que han de ejecutar las órdenes del entrenador, a cualquier mente sensata no le cabría duda de lo que ocurre. En lugar de ello, esta semana se estaba aireando que Marcelino seguirá la próxima temporada tras conseguir el ascenso. ¡Será por falta de ofertas! Si lo hubiera hecho tan bien como piensa él, más de un equipo le ofrecería un contrato para entrenar a un equipo con aspiraciones a jugar la UEFA como mínimo, pero los que se lo podrían proponer no alcanzan el elevado "caché" que tiene firmado con el Real Zaragoza, y los que podrían pagarlo piensan en entrenadores más mediáticos a nivel mundial que aporten algo más a las arcas de estos clubs tan ávidos, Marcelino sólo vende entre los modestos, pero no vende en Tokio, Londres o Nueva York, por ejemplo.


Hoy era un día de "duelo al gol" entre Nino y Ewerthon. El primero, se presentó e hizo su muesca, ante el inoportuno resbalón de Pavón. El segundo, aunque marcó, saliendo desde el banquillo, no pudo aumentar su cuenta, dado que el tanto fue anulado por fuera de juego (aunque las imágenes de TV demuestran que no era tal).

Más bien ha sido el día del "hasta que llegó su hora".

Luis Carlos Cuartero, el eterno capitán, "hasta que llegó su hora", era hoy homenajeado y despedido por la afición de La Romareda, mientras alguno que otro agachaba la cabeza avergonzado.

Marcelino parecía haber resucitado al equipo, "hasta que llegó su hora" para demostrarlo. Dejábamos de enfrentarnos a equipos pequeños, con el agua al cuello y preocupados por no encajar demasiados goles (objetivo que llegaron a cumplir) y nos enfrentábamos por fin a uno de los "gallitos" de la competición de segunda, con vitola de primera: el Tenerife. El choque con la realidad ha sido desesperante para los que nos lo temíamos, vergonzoso para los que esperaban algo mejor y culpa del árbitro para los que no son capaces de ver la "chuleada" semanal que supone querer ver ganar a tu equipo, que profesionales y afición lo intenten, pero que la parte más interesada, lo sabotea semana tras semana, por capricho o siguiendo directrices, en cualquiera de los casos obrando con deslealtad.

Esta semana que no digan nada sobre el partido de Huesca, que lo estudien, lo trabajen y lo planteen en los entrenamientos y en la sala de visionado de vídeos o DVD´s, pero que hablar lo hagan en el terreno de El Alcoraz y ganen el partido.

Hasta el momento Marcelino sólo a podido superar a entrenadores que no tenían potencial suficiente en su plantilla o sin estudio táctico. en cuanto hay plantilla y/o posicionamiento los nervios se apoderan del técnico que me recuerda al profesor que sabe la materia pero que es incapaz de transmitir sus conocimientos a sus alumnos. Da sensación de exigencia en la elaboración sin preocuparse por el aprendizaje y el afianzamiento de los conocimientos.

Ha llegado la hora y se notan muchas ausencias todavía. Hoy han conseguido que vuelva a dudar del ascenso. Quedan 7 partidos (21 puntos). Si van a hacer falta 78 puntos, al ritmo que vamos y si mañana (hoy 3 de mayo) gana el Hércules, harán falta. Nos faltan 16 puntos como mínimo (tenemos 62). Con lo que habrá que conseguir como mínimo 5 victorias y 1 empate. Cada día que pasa el margen de error se desvanece, pero los errores no.

manolomel

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