Un equipo que consiga los éxitos del de la Recopa o que los supere y la plaza del Pilar se quedará pequeña.
Un cambio en la manera de entender el club, más acorde con la filosofía que siempre le ha inspirado, y sin que nadie nos tenga por qué avergonzar identificándonos con una dirección que escasamente se representa a sí misma, pero que las consecuencias las padecemos todos.
Una mejor gestión de la imagen y la marca, con una toma de decisiones que nos enorgullezcan y reafirmen en nuestro zaragocismo y se busque la unión de todos los aficionados en beneficio de un Real Zaragoza grande siempre, aunque los éxitos y las victorias no siempre se puedan conseguir en el terreno de juego.
Intento diferenciar al Real Zaragoza de sus dirigentes, que pudiendo llegar a representarlo y administrarlo, incluso a poseerlo a través de la mayoría accionarial, no tienen la exclusividad en el sentimiento zaragocista.
Es casi como la nacionalidad, alguien puede ser privado de ella por imperativo legal, pero el sentimiento no desaparece con la pérdida del pasaporte o de la cédula o documento de identidad, o la imposibilidad legal o económica de reunir los requisitos necesarios para documentar la situación.
Hay más zaragocistas que no alardean de su sentimiento, pero cuando la alegría de un triunfo contagia el ambiente, no dudan en ser uno más que vitoree y aplauda a los "héroes capaces del milagro", estos son muchísimos más que los que alardean de ser de otros equipos que siempre ganan algo, pero que nunca podrán disfrutar de las alegrías que, de vez en cuando, tiene a bien concedernos a su afición, el Real Zaragoza.
¿Dónde están los más de 100.000 zaragocistas que abarrotaron la plaza del Pilar en 1995?
Esperando un nuevo triunfo, supongo.
Yo no critico a los que formando parte de los 100.000 de la plaza del Pilar, no estén ahora llenando la Romareda o sacando las banderas y las camisetas, sus circunstancias vitales pueden haberles variado, haciendo que sus prioridades en la vida no les permitan estar con su querido equipo más que cuando hay algo importante que celebrar. Lo que no significa que no se alegren, sonrían o canten los goles cuando siguen los partidos por la TV o la radio, cuando leen la prensa o cuando comentan los resultados con amigos.
El zaragocismo no ha muerto, buena prueba son los foros de opinión. Está en su mayor parte , latente, esperando que algo lo despierte, que las calles se vuelvan a llenar de banderas, camisetas y cánticos, y que los días de partido el ambiente zaragocista lo impregne todo, como las tardes de fútbol europeo de UEFA y Recopa, las eliminatorias grandes de Copa, o los partidos importantes de Liga (por el rival o por la clasificación).
La afición espera que el club vuelva a ser grande. O que un grande, de verdad, lo dirija y con la ayuda de todos alcance los sueños clasificatorios que todos tenemos, haciéndolos posibles, disfrutando de nuevo con los éxitos y el juego de nuestro equipo.
Basta de empezar la casa por el tejado y de no planificar cada paso que ha de darse para que no se nos desmorone el "chiringuito" como si de un castillo de naipes se tratara.
La afición del Zaragoza no está llena de chaqueteros , como les llaman algunos, pienso que por no encontrar la palabra concreta que la define. Chaqueteros serían si hoy fueran del Zaragoza, mañana del Madrid y pasado del Barça, según quien obtenga mejores resultados. La afición del Zaragoza, es siempre del Zaragoza, luego puede tener simpatías o fobias por otros equipos, pero disfrutar y alegrarse, como decepciones y sinsabores, se las da el Zaragoza. Cuando no hay nada que celebrar, prefieren permanecer "neutros", ni manifiestan su aprobación ni su desaprobación, no se involucran ni buscan qué pueden hacer por mejorar la situación, simplemente esperan a que ocurra lo que tiene que ocurrir, la mejoría, el triunfo, etc.
El Zaragoza les duele, pero no quieren "jugar a médicos", esperan que como ha ocurrido a lo largo de la Historia (más de 77 años)alguien resucite al equipo y nos vuelva a dar las cíclicas satisfacciones.
Siempre se ha hablado, sobre todo tras los descensos, que el público fiel de la Romareda lo componen 12 ó 13.000 espectadores que acuden siempre, en 1ª, en 2ª., o donde sea. Bien por cariño, bien por apego, bien por tradición, allí están con el equipo.
Luego estamos (yo me incluyo) un grupo que por circunstancias diversas no nos es posible sacar el abono, o acudir asiduacmente a la Romareda, pero procuramos seguir por radio, Tv y prensa al Real Zaragoza y estar al tanto de lo que ocurre, y que si esas circunstancias variaran los 12 ó 13.000 podríamos ser 60 ó 70.000.
Luego están los que el fútbol no lo viven tanto, pero tienen a orgullo ser del Real Zaragoza, su equipo, puede pasar tiempo, pero siempre que pueden o si se tercia preguntan como va el equipo y de repente se sorprenden al enterarse que está en semifinales de Copa o que se ha fichado a Zutanito. No siguen habitualmente al equipo, pero si les preguntas cuál es su equipo te contestarán sin dudar: "El Real Zaragoza". Tanto si les dices que el Zaragoza va a jugar una final como que está apurado, procuraran durante el tiempo que sus ocupaciones les permitan enterarse como le va al equipo, si gana la final o si sale del bache de juego que amenaza en la clasificación.
Fueron educados por padres, madres, tíos, abuelos y hermanos forofos del Zaragoza, ¡y eso marca! Con estos y los anteriores se llenó la plaza del Pilar hace 14 años.
No hay chaqueterismo, hay "exceso de anestesia" o desconocimiento de la manera de provocar un mayor interés.
Otra cosa son los que ya son declarados seguidores de otros equipos, a los que respeto, como espero que ellos respeten que yo sea del Real Zaragoza y desee ganarles siempre.
Un cambio en la manera de entender el club, más acorde con la filosofía que siempre le ha inspirado, y sin que nadie nos tenga por qué avergonzar identificándonos con una dirección que escasamente se representa a sí misma, pero que las consecuencias las padecemos todos.
Una mejor gestión de la imagen y la marca, con una toma de decisiones que nos enorgullezcan y reafirmen en nuestro zaragocismo y se busque la unión de todos los aficionados en beneficio de un Real Zaragoza grande siempre, aunque los éxitos y las victorias no siempre se puedan conseguir en el terreno de juego.
Intento diferenciar al Real Zaragoza de sus dirigentes, que pudiendo llegar a representarlo y administrarlo, incluso a poseerlo a través de la mayoría accionarial, no tienen la exclusividad en el sentimiento zaragocista.
Es casi como la nacionalidad, alguien puede ser privado de ella por imperativo legal, pero el sentimiento no desaparece con la pérdida del pasaporte o de la cédula o documento de identidad, o la imposibilidad legal o económica de reunir los requisitos necesarios para documentar la situación.
Hay más zaragocistas que no alardean de su sentimiento, pero cuando la alegría de un triunfo contagia el ambiente, no dudan en ser uno más que vitoree y aplauda a los "héroes capaces del milagro", estos son muchísimos más que los que alardean de ser de otros equipos que siempre ganan algo, pero que nunca podrán disfrutar de las alegrías que, de vez en cuando, tiene a bien concedernos a su afición, el Real Zaragoza.
¿Dónde están los más de 100.000 zaragocistas que abarrotaron la plaza del Pilar en 1995?
Esperando un nuevo triunfo, supongo.
Yo no critico a los que formando parte de los 100.000 de la plaza del Pilar, no estén ahora llenando la Romareda o sacando las banderas y las camisetas, sus circunstancias vitales pueden haberles variado, haciendo que sus prioridades en la vida no les permitan estar con su querido equipo más que cuando hay algo importante que celebrar. Lo que no significa que no se alegren, sonrían o canten los goles cuando siguen los partidos por la TV o la radio, cuando leen la prensa o cuando comentan los resultados con amigos.
El zaragocismo no ha muerto, buena prueba son los foros de opinión. Está en su mayor parte , latente, esperando que algo lo despierte, que las calles se vuelvan a llenar de banderas, camisetas y cánticos, y que los días de partido el ambiente zaragocista lo impregne todo, como las tardes de fútbol europeo de UEFA y Recopa, las eliminatorias grandes de Copa, o los partidos importantes de Liga (por el rival o por la clasificación).
La afición espera que el club vuelva a ser grande. O que un grande, de verdad, lo dirija y con la ayuda de todos alcance los sueños clasificatorios que todos tenemos, haciéndolos posibles, disfrutando de nuevo con los éxitos y el juego de nuestro equipo.
Basta de empezar la casa por el tejado y de no planificar cada paso que ha de darse para que no se nos desmorone el "chiringuito" como si de un castillo de naipes se tratara.
La afición del Zaragoza no está llena de chaqueteros , como les llaman algunos, pienso que por no encontrar la palabra concreta que la define. Chaqueteros serían si hoy fueran del Zaragoza, mañana del Madrid y pasado del Barça, según quien obtenga mejores resultados. La afición del Zaragoza, es siempre del Zaragoza, luego puede tener simpatías o fobias por otros equipos, pero disfrutar y alegrarse, como decepciones y sinsabores, se las da el Zaragoza. Cuando no hay nada que celebrar, prefieren permanecer "neutros", ni manifiestan su aprobación ni su desaprobación, no se involucran ni buscan qué pueden hacer por mejorar la situación, simplemente esperan a que ocurra lo que tiene que ocurrir, la mejoría, el triunfo, etc.
El Zaragoza les duele, pero no quieren "jugar a médicos", esperan que como ha ocurrido a lo largo de la Historia (más de 77 años)alguien resucite al equipo y nos vuelva a dar las cíclicas satisfacciones.
Siempre se ha hablado, sobre todo tras los descensos, que el público fiel de la Romareda lo componen 12 ó 13.000 espectadores que acuden siempre, en 1ª, en 2ª., o donde sea. Bien por cariño, bien por apego, bien por tradición, allí están con el equipo.
Luego estamos (yo me incluyo) un grupo que por circunstancias diversas no nos es posible sacar el abono, o acudir asiduacmente a la Romareda, pero procuramos seguir por radio, Tv y prensa al Real Zaragoza y estar al tanto de lo que ocurre, y que si esas circunstancias variaran los 12 ó 13.000 podríamos ser 60 ó 70.000.
Luego están los que el fútbol no lo viven tanto, pero tienen a orgullo ser del Real Zaragoza, su equipo, puede pasar tiempo, pero siempre que pueden o si se tercia preguntan como va el equipo y de repente se sorprenden al enterarse que está en semifinales de Copa o que se ha fichado a Zutanito. No siguen habitualmente al equipo, pero si les preguntas cuál es su equipo te contestarán sin dudar: "El Real Zaragoza". Tanto si les dices que el Zaragoza va a jugar una final como que está apurado, procuraran durante el tiempo que sus ocupaciones les permitan enterarse como le va al equipo, si gana la final o si sale del bache de juego que amenaza en la clasificación.
Fueron educados por padres, madres, tíos, abuelos y hermanos forofos del Zaragoza, ¡y eso marca! Con estos y los anteriores se llenó la plaza del Pilar hace 14 años.
No hay chaqueterismo, hay "exceso de anestesia" o desconocimiento de la manera de provocar un mayor interés.
Otra cosa son los que ya son declarados seguidores de otros equipos, a los que respeto, como espero que ellos respeten que yo sea del Real Zaragoza y desee ganarles siempre.
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