El sentimiento es el capital que no contabiliza en el banco, pero que llena campos, consigue objetivos y hace que no nos rindamos cuando todo parece indicar que no podemos conseguirlo. En esos casos siempre me pregunto, ¿y por qué no?
Con unos mínimos de técnica y conocimientos para poder "andar por el mundo" el corazón, el sentimiento, es el que marca la diferencia, el que hace surgir "la furia" y "la rasmia", sacando "fuerzas de flaqueza", hasta el pensamiento se acelera de manera que parece más intuición que consecuencia de la inteligencia.
Cuando todo parece estar en contra, como consecuencia de decisiones irresponsables, el equipo y la afición, la cara y el corazón de un club, se rebelan ante el castigo de una cabeza que no rige y que nos conduce al desastre si no se le incapacita legalmente por quien pensando que iba a hacernos un favor nos está castigando sin compasión.
Banderas, bufandas, gorras, camisetas, cánticas, aúpas y ánimos llenos de no de fe, porque ya podemos ver en lo que creer, un equipo que quiere poder y puede conseguir el objetivo de ascender, aunque sólo le sirva vencer y vencer.
¿Con un equipo sí y una afición que lo da todo, cómo podemos tener miedo al futuro? Basta con cambiar quien administre este capital... no económico... sentimental.
No es que nos olvidemos de los que no estáis en Zaragoza, es que parece que hasta que hace poco se ha empezado a través de Heraldo con la campaña de los escaparates, la ciudad estaba como aletargada.
Pero no sólo es que el equipo esté en segunda y las noticias que últimamente nos tienen "en vilo", es la situación general con la inestabilidad y nerviosismo que produce el no saber qué pasará mañana, necesitamos algo que nos confiera un mínimo de esperanza tangible, que no sean promesas que se lleva el viento, una alegría que llevarnos a la boca dibujando una sonrisa que nos haga sentir felices un momento.
Con unos mínimos de técnica y conocimientos para poder "andar por el mundo" el corazón, el sentimiento, es el que marca la diferencia, el que hace surgir "la furia" y "la rasmia", sacando "fuerzas de flaqueza", hasta el pensamiento se acelera de manera que parece más intuición que consecuencia de la inteligencia.
Cuando todo parece estar en contra, como consecuencia de decisiones irresponsables, el equipo y la afición, la cara y el corazón de un club, se rebelan ante el castigo de una cabeza que no rige y que nos conduce al desastre si no se le incapacita legalmente por quien pensando que iba a hacernos un favor nos está castigando sin compasión.
Banderas, bufandas, gorras, camisetas, cánticas, aúpas y ánimos llenos de no de fe, porque ya podemos ver en lo que creer, un equipo que quiere poder y puede conseguir el objetivo de ascender, aunque sólo le sirva vencer y vencer.
¿Con un equipo sí y una afición que lo da todo, cómo podemos tener miedo al futuro? Basta con cambiar quien administre este capital... no económico... sentimental.
No es que nos olvidemos de los que no estáis en Zaragoza, es que parece que hasta que hace poco se ha empezado a través de Heraldo con la campaña de los escaparates, la ciudad estaba como aletargada.
Pero no sólo es que el equipo esté en segunda y las noticias que últimamente nos tienen "en vilo", es la situación general con la inestabilidad y nerviosismo que produce el no saber qué pasará mañana, necesitamos algo que nos confiera un mínimo de esperanza tangible, que no sean promesas que se lleva el viento, una alegría que llevarnos a la boca dibujando una sonrisa que nos haga sentir felices un momento.
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