Se ha considerado al Real Zaragoza como una empresa más y en esto (el fútbol) no valen las mismas triquiñuelas legales que tras una quiebra posibilitan abrir otra empresa que se dedica a lo mismo, con ligeras variaciones en el nombre y en quien la "regenta" a efectos legales (se emplean "testaferros").
Acostumbrados a la justicia ordinaria donde las reclamaciones, recursos e insolvencias van retrasando las obligaciones de pago hasta hacerlas diluirse en el olvido tras agotar la paciencia del más templado, que un organismo como la FIFA, capaz de destrozar el "chiringuito" al que se oponga a sus directrices, les conmine a hacer efectivas sus obligaciones les debe sonar a chino. Tal vez por eso tardan en reaccionar y esperan a que la FIFA se retracte, porque ellos no son los que van en dirección prohibida.
Que el Real Zaragoza desaparezca o no, sólo depende de sus dirigentes, que se repartieron el pastel accionarial para detentar el poder, pero son incapaces de responder ante una deuda generada por su incapacidad manifiesta para dirigir al Real Zaragoza.
Sólo si la DGA "apoya" directa o televisadamente parece haber sonrisas entre los miembros del Consejo de Administración, que se alegran de haber salvado una vez más el envite de tener que responder personalmente con sus bienes, como dictamina la ley que sistemáticamente se infringe a conveniencia de mantener permanentemente la distracción.
El mago se ha quedado sin palomas que sacar de su chistera. Se le acabaron los trucos y no tiene magia. El oropel del palco, templo de mercaderes que desterraron al fútbol de sus pensamientos, se desvanece ante la realidad y sólo queda la afición que se pregunta, ¿y ahora, qué?
Yo no tengo respuesta a la pregunta porque los datos necesarios para hallar la solución al problema se nos vienen negando y no hay nunca respuesta concreta a las preguntas: ¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Por qué? Los de la callada por respuesta tienen que responder a todo y dejar clara la situación para saber si puede o no tener arreglo.
Acostumbrados a la justicia ordinaria donde las reclamaciones, recursos e insolvencias van retrasando las obligaciones de pago hasta hacerlas diluirse en el olvido tras agotar la paciencia del más templado, que un organismo como la FIFA, capaz de destrozar el "chiringuito" al que se oponga a sus directrices, les conmine a hacer efectivas sus obligaciones les debe sonar a chino. Tal vez por eso tardan en reaccionar y esperan a que la FIFA se retracte, porque ellos no son los que van en dirección prohibida.
Que el Real Zaragoza desaparezca o no, sólo depende de sus dirigentes, que se repartieron el pastel accionarial para detentar el poder, pero son incapaces de responder ante una deuda generada por su incapacidad manifiesta para dirigir al Real Zaragoza.
Sólo si la DGA "apoya" directa o televisadamente parece haber sonrisas entre los miembros del Consejo de Administración, que se alegran de haber salvado una vez más el envite de tener que responder personalmente con sus bienes, como dictamina la ley que sistemáticamente se infringe a conveniencia de mantener permanentemente la distracción.
El mago se ha quedado sin palomas que sacar de su chistera. Se le acabaron los trucos y no tiene magia. El oropel del palco, templo de mercaderes que desterraron al fútbol de sus pensamientos, se desvanece ante la realidad y sólo queda la afición que se pregunta, ¿y ahora, qué?
Yo no tengo respuesta a la pregunta porque los datos necesarios para hallar la solución al problema se nos vienen negando y no hay nunca respuesta concreta a las preguntas: ¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Por qué? Los de la callada por respuesta tienen que responder a todo y dejar clara la situación para saber si puede o no tener arreglo.
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario