La parodia que se ha hecho hoy en "Cracovia" en su apartado sobre el Real Zaragoza en el que podía verse a un Agapito Iglesias como Darth Vader que estaba a las órdenes del Emperador, que no era otro que Pedro Herrera... ¿acertado? No lo sé. Seguro que el Emperador se encuentra realmente extramuros de los despachos del Real Zaragoza, no hay que recordar más que a los antiguos pobladores del palco VIP que pululaban y sacaban pecho entre negocio y canapé, en época de "vacas gordas" deportivas y económicas.
Las dificultades de Agapito Iglesias para reclutar le han dejando casi en solitario. Es lo que tiene pedir ayuda para "ponerlas" y tomar las decisiones "sin encomendarse a Dios ni al Diablo", las agusanadas lentejas "con carne" no son manjar de restaurante de 5 estrellas aunque se pase una minuta de precio similar por ello. La publicidad fue decayendo, los socios y consejeros no reunían la polivalencia intelectual, de conocimientos del mundo del fútbol y "riñón bien cubierto" que requería el cumplimiento "ipso facto" del sueño de grandeza de Agapito. Las prisas, para los ladrones y los toreros malos. Las escaleras, para subirlas, se hace paso a paso y pisando en los peldaños en lugar de en los huecos, hacerlo de otra manera... ¡tropezón y caída!
Ha vendido y echado jugadores, ha cambiado de entrenadores, se han cambiado directivos (salvo los Intocables) y como al mal entrenador que las lesiones y los resultados "le hacen el equipo", el acierto del tándem Gay-Nayim y la llegada de futbolistas disciplinados, solidarios y con "hambre" revisten de EQUIPO al erial en que se había convertido el Real Zaragoza por obra y gracia de una inexistente planificación que ahora se hace "por obligación" al verle las orejas al lobo.
El criterio a seguir, la filosofía de club y el contínuo cambio de opinión, no se sabe si en función de los cambios de las fases lunares, de la última "comida de oreja", o de vaya usted a saber por qué, denota una falta de seriedad y de imposibilidad para seguir el camino marcado, creando nuevos problemas antes de resolver los ya existentes.Con irresponsabilidad de "hijo de papá" a los que otros sacarán del apuro.
Los deportistas acostumbrados y educados en el juego de equipo saben cuando llega el momento de "pedir el cambio" o de retirarse discretamente cediendo el protagonismo a otro compañero que puede aportar más cosas en beneficio del equipo, o cuando tienen que "conjurarse" para conseguir entre todos un objetivo que, individualmente no se puede conseguir. La unión hace la fuerza, y hacer la guerra cada uno por su cuenta suele provocar la derrota. Políticos y empresarios usan el compromiso como medio para conseguir sus objetivos particulares, y una vez conseguidos sus objetivos gozan de una amnesia selectiva que se acomoda en el lugar que antaño ocupaban sus conciencias y sus escrúpulos, para no sentir ni padecer con el mal ajeno.
Deporte, política y empresa son, por naturaleza, incompatibles, y los más nobles sucumben en la asociación frente a los más interesados, como el alimento del parásito que se ceba en quien aceptó la asociación que tenía mejor cariz de inicio, al repartir esfuerzos,que cuando llega el momento de repartir las pérdidas o las ganancias de la asociación. Quien parte y reparte se lleva la mejor parte (y a veces ni se ve la parte, y en su lugar aparece una profundo agujero lleno de números rojos, siempre prolíficos en situaciones de desgobierno).
¿Hay alguna solución a tanto desmán? ¿Hay posibilidad de superar esta situación?
¿Quién le pone el cascabel al gato?
Quien tome las decisiones que aprenda de los errores. Con un poco de buena voluntad y orientando el trabajo en la dirección adecuada la suerte se decide a acompañar.
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